A Note From Fr. Oswaldo
Emmaus disciples
After the crucifixion and death of Jesus many of Jesus’s disciples left with great frustration in their heart. They saw their hopes collapse.
Perhaps, they loved a Jesus as president, or governor, to solve all their problems with a single pat or with many miracles. Why work for food, if Jesus multiplied breads and fish? What to strive to find the cure of diseases, if Jesus could cure them all? That was an easy way and without worries.
The disciples had forgotten very quickly, that the passion and the cross were part of God’s plan. They did not understand when Jesus told them about the third day, in which he would resurrect, that they would have to stand firm on their faith and pass on whatever happened.
The disciples who go to Emmaus needed the presence of Jesus again, the encounter with Him and with the Scriptures, and especially the encounter in the Eucharist.
What kind of disciple are we; who runs at the first scare? Who is crying without doing anything? Who is discouraged with the first fall? Or am I one of the disciples, who dries tears, understands what God’s will means, finds Christ in the sacraments and undertakes his path of conversion and mission. May your heart never stop beating when you listen to the voice of God.
Los Discípulos de Emaús
Luego de la crucifixión y muerte de Jesús en la Cruz, muchos de los que se decían discípulos de Jesús, se fueron con una gran frustración en el corazón, vieron desvanecerse sus esperanzas y los proyectos que habían puesto en la parte humana de Jesús, se les habían derrumbado.
Tal vez, querían a un Jesús como presidente, o gobernador, que les solucionara todos sus problemas con una sola palmada o con muchos milagros. ¿ Para qué trabajar por comida, si Jesús multiplicaba los panes y los peces?, ¿ para qué esforzarse por encontrar la cura de las enfermedades, si Jesús los podía curar a todos?; ese era un camino fácil y sin preocupaciones.
A los discípulos, se les olvidó muy rápidamente, que la pasión y la cruz eran parte del proyecto, no entendieron cuando Jesús les hablaba sobre el tercer día, en que resucitaría, que tenían que mantenerse firmes la fe, pasara, lo que pasara.
Los Discípulos que van a Emaús, necesitaron de nuevo la presencia de Jesús, el encuentro con el y con las escrituras, y sobre todo el encuentro en la Eucaristía.
¿Qué clase de discípulo soy yo; el que huye al primer susto?, ¿el que se queda llorando sin hacer nada?, ¿el que se desanima con la primera caída?; O soy de los discípulos, que se seca las lágrimas, entiende lo que significa la voluntad de Dios, encuentra a Cristo en los sacramentos y emprende su camino de conversión y misión. Que tu corazón, nunca deje de latir cuando escuches la voz de Dios.
Fr. Oswaldo Roche